Hace mucho tiempo se dividió la cultura en la alta cultura, y su opuesta, la cultura popular. Aunque son términos que parecen haber sido abandonados en los últimos años lo cierto es que aún en la academia de las artes visuales hay una fuerte pared dividiendo lo que es arte y lo que no. Por más que queramos separarnos de las instituciones que tradicionalmente han dotado de legitimidad al arte, como el museo, lo cierto es que aún nos preguntamos cosas como ¿cómo pongo esto en un cubo blanco? O peor aún, no sabemos cómo salirnos del cubo blanco.
Algunas personas, al ver algunas de las piezas que se muestran en este documento, podrían encontrarlas irónicas o burlescas, debido a ideas como unir lo épico con lo cómico o lo sagrado con lo banal. La realidad es que aunque algunas imágenes pueden causar ese efecto, para las generaciones más jóvenes y, en especial, para los fanartistas y los fans en general, categorías como sagrado, épico, banal, y muchas otras, no significan mayor cosa. No porque no sepan qué significan o en qué consisten o porque no las aprecien sino más bien porque todo eso, ya no es tan importante.
Artistas de generaciones anteriores que se dedicaron a desacralizar las imágenes y retar a las instituciones, se encargaron de que, para los más jóvenes, categorías como las anteriores se encuentren despojadas del peso cultural y social que tuvieron en el pasado. Esto ha provocado que cuando los fanartistas utilizan estas imágenes, lo hagan más bien a través de las conexiones a otras imágenes/situaciones/sentimientos, etc., que puedan encontrar entre éstas y aquellos Objetos de los que son fans. Para los jóvenes las imágenes y su simbolismo o significado tienen una historia, una construcción en su nivel semántico que se comprenden pero que no tienen el mismo peso moral y sagrado que tuvieron en épocas anteriores, convirtiéndolas, simplemente, en imágenes.
En medio de todo esto, seguimos creando significados valiéndonos de estas imágenes. El mundo contemporáneo, con su capitalismo salvaje, su globalización, la transformación de culturas particulares en productos culturales fabricados y distribuidos en masa nos deja con un sinsabor, con un vacío que poco a poco vamos llenando, no con lo que algunos creyeron que tenía mérito y lo separaron de todo lo demás, sino tomando elementos de ámbos lados de la pared que divide el arte de lo que no lo es. Reclamando para nosotros las partes que nos han negado y poniéndolas donde yo, tú o ellos creen que debería ir.
Las artes visuales, desde la academia, busca todo el tiempo nuevos lugares para crear nuevas imágenes, nuevos símbolos, nuevos íconos. Muchas veces los reinventa. Muchas veces los roba. Muchas veces los tira a la basura.
Con este trabajo trato de llamar la atención en un tipo de arte que ha sido pasado por alto, como hace algunos años el Art brut o el Grafiti, porque aún no se ha mirado con detenimiento, pasándolo por el filtro que provee una educación académica en artes visuales. Para mi, el discurso que van formando los fans, no sólo a través de las imágenes que producen, sino también en la discusión estética y cultural que se lleva a cabo dentro del fandom, poco a poco va transformando, no solo a quienes participan de ello, si no también lo que consumen y la forma en que enfrentan el mundo. Esta transformación va cambiando también, poco a poco y, casi sin ser detectada, la forma en que los jóvenes consumen la cultura y la van construyendo y transformando. A mi parecer esta razón es suficiente para que comencemos a revisar más a fondo estos nichos.
Todo este trabajo nació porque una noche, hace algunos semestres, en medio de la semana de entregas finales, vi una publicación de otro estudiante de artes en una red social y junto a la publicación compartía una imagen. En su publicación este estudiante se quejaba porque eran las 3 de la mañana y, en lugar de estar haciendo sus trabajos finales, estaba haciendo fanart. En ese momento me pregunté simplemente por qué no hacía una pieza de fanart para su clase, aunque a mí nunca se me había ocurrido hacer una pieza de fanart para una clase. Inconscientemente en mi cabeza estaba todo ese sesgo que la cultura le ha impuesto al trabajo de los fans y que había sido continuado durante mi educación académica. En ese momento me dí cuenta también que, de llevar una pieza de fanart a un salón de clase, no tendría los elementos para sustentarla o defenderla.
En esta monografía creo que he logrado vislumbrar algunos aspectos que podrían ayudar a formar esos elementos. He encontrado que en realidad sólo somos un montón de gente apasionada creando cosas alrededor y a partir de las cosas que nos apasionan. Estamos en un punto donde las líneas han comenzado a borrarse, a ser saltadas como si fueran las líneas de una rayuela.
Espero que este trabajo sirva como punto de inicio y como invitación a otros artistas y otros investigadores del arte para saltar la línea entre el arte y el fanart.
Creo que es necesario continuar con este tipo de investigación. Continuar con la revisión de la producción artística de los fans. Investigar otras expresiones, como la producción audiovisual. Investigar con detenimiento la discusión y construcción del discurso cultural en los fans. La dimensión política y de crítica social del fanart y de quienes lo producen. La problemática de género en la creación y legitimación del fanart. Investigar más acerca de las formas en que se distribuye y se comercia el fanart. La relación entre movimientos de justicia social y el fanart. La representación, aceptación y movimiento de piezas de fanart creadas por minorías étnicas. Revisar, específicamente, a los artistas de formación académica que producen fanart y obra basada en la cultura popular, cómo lo hacen y en qué se parece y diferencia de la forma en que fanartistas producen fanart y obra basada en la cultura popular.
Como nota final quisiera recordarle al lector que este es solo un primer acercamiento, una pequeña mirada a la inmensa producción visual de los fans, en la que tanto la investigación como la creación de un método de análisis para piezas de fanart se usan por primera vez en nuestro medio y que, las piezas de fanart, si tuvieran un propósito, sería únicamente el de ser vistas y apreciadas por otros fans.